La buena gestión de la imagen de una empresa o marca es mucho más relevante de lo que a priori podría pensarse, pues su influencia sobrepasa las barreras de la propia compañía. Esto se debe a que existe una relación directa y recíproca entre la imagen de marca y la imagen de un país. De modo que no sólo el país contribuye a mejorar el posicionamiento de un producto, sino que también las marcas renombradas impulsan la imagen que proyecta el país de cara al exterior.

Pongamos un ejemplo para comprender tal fenómeno. Alemania encarna una serie de valores como son la precisión, la innovación y la tecnología gracias a las estrategias comunicativas impulsadas por marcas como Mercedes Benz, Audi y BMW. Y así ocurre con muchos otros países.

Sin embargo, ese feedback que se establece entre la empresa y la imagen de un país puede repercutir no sólo de forma positiva, también puede hacerlo de manera perjudicial. Y de ahí surge la necesidad de invertir en la construcción de la imagen de un país, un aspecto que en España tenemos bastante descuidado y del que podría sacarse bastante provecho.

Pero por el momento, nuestra proyección exterior es negativa. Por este motivo, sería aconsejable que al igual que se realizan auditorías a las empresas para comprobar sus cuentas y situación financiera, deberían realizarse auditorías de imagen, dada la importancia que ésta tiene para la proyección exterior del país, tanto en términos de relaciones exteriores como en crecimiento industrial.

 

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